De Zoroastro el verbo renace de nuevo, es la voz saliente de antiguos iniciados .
Escucho rezos y escucho cantos, son hermanos de remotas edades, con sus túnicas de oro y sus lames grabados en piedras preciosas, ingrávidos levitan en la recamara.
Luces siderales navegan en torno mío .
Vislumbro él mándala acordado, siento la onda de psiquis planetaria, hago la postura del mudra adecuado, me hablan de galaxias alejadas.
La voz en mi acrece, vibrante, el verbo de la luz divina me trasmite sus dones, el mantram toma forma y lugar en el espacio, me abren los pórticos a realidades fantásticas.
Trasciende mi alma las cuatro paredes de este mundo.
El dum-dum de los tambores, el humo del incienso sagrado, atento aguzo mis oídos, siempre estoy presto a escucharlos.
Estudia la antigua disciplina, de Ormuz y Ahriman escucha sus cuitas, sus sabias reflecsiones.
Sé un alquimista, hazte un hombre nuevo, Relé los viejos grimorios, toma papel y lápiz y as tu propio escrito, con mística con fe, dale brillo al numen, que atreves de los siglos y los evos el no fenece.
Viaja a las galaxias y a los confines del universo, por medio de tu mente.
Alimenta tu psiquis, recréala, que no decaigan tus ensueños, de ser un adepto como lo fue zaratustra.